Como siempre ocurre cuando se lanza al mercado un nuevo coche, una gran parte del pensamiento va a la selección de un nombre. El nombre debe ser fácilmente pronunciable en todos los mercados de destino del nuevo coche y no debe ser ni inapropiado ni obsceno.
Además, debe ser evocador de la imagen que el fabricante quiere transmitir y también debe basarse en el pasado del fabricante hasta la fecha.
Según Pierre Bessis, que fue responsable del nuevo nombre (y que por cierto fue autor de otros nombres como Xanae, Scénic, Mégane y Clio) Xsara representa a una persona femenina, a una reina de Babilonia.
También contenido en el nombre, Xsar o zar, (connotaciones de lujo desenfrenado) y Sáhara, (connotaciones de un viaje de larga distancia).
La combinación de letras no era una cuestión de azar. El final de la denominación, la letra «A», sigue un tema utilizado en el pasado por la marca, (Athena, LNA, Visa, Xantia), mientras que el uso de dos «A» dentro del nombre de un coche es inusual, pero empleado en Atenea (prototipo de la marca) y Xantia. La letra «X» también ha estado durante mucho tiempo asociada con la marca (CX y XM) y tiene connotaciones de alta tecnología y de alto rendimiento.
La segunda es la que dice el compañero j.solas, pero yo había entendido que era en honor a las dos hijas del director de Citroën, que se llamaban Antia y Sara.